2 abr 2011

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Chacchobben y la zona de Chetumal

Después de visitar Muyil seguimos en dirección sur hacia la ciudad de Chetumal. A unos 140 km. de Tulum encontramos las ruinas de la ciudad maya de Chacchoben. Se trata de un sitio no demasiado grande, aunque tiene algunas estructuras notables, y el conjunto está en perfectas condiciones, ya que fue restaurado y abierto al público hace poco tiempo. El precio de la entrada es de $41 MXN, y lo primero que destaca del yacimiento es el llamado templo 24, una pirámide muy bien conservada y de buen tamaño, con las esquinas redondeadas.


Siguiendo la ruta establecida, se cruzan toda una serie de estructuras bastante arrasadas, que conforman una bonita plaza, a la sombra de buena cantidad de árboles, entre ellos algunas ceibas y una palmera excepcionalmente alta. Un poco mas allá encontramos un enorme zócalo nada mas restaurado en parte. Se trata de una plataforma de mas de 100 metros de lado y unos 10 de altura en la que destacan las escaleras de acceso a la parte superior.

Sobre el zócalo se puede ver el templo 1, una pirámide que, al estar ya elevada sobre la plataforma, alcanza una buena altura, y desde cuya cima se puede disfrutar una magnífica vista de los alrededores, incluyendo otro de los templos de l yacimiento, situado también sobre la plataforma. En definitiva, Un sitio que bien vale el precio de la entrada.


Nuestra nota: 8/10
Lo mejor: Las estructuras están bien restauradas y son espectaculares.
Lo no tan bueno: No se puede subir a los templos.
Recomendamos: Rodear la plataforma para ver esta impresionante estructura desde todos los ángulos.

Tras la visita de Cacchoben seguimos hacia el sur, acercándonos a un enorme lago llamado Laguna Bacalar. Tiene forma alargada y mide cerca de 25 km., aunque su anchura máxima e de poco mas de uno. Se trata de un lugar bastante popular entre la gente bien del estado, y es habitual entre ellos tener una segunda residencia a orillas de la laguna. A unos 40 km. de Bacalar ya llegamos a Chetumal, una ciudad bastante grande, en la costa del Caribe, que es la capital del estado de Quintana Roo, a pesar de que Cancún se lleve toda la fama. No destaca por ser una ciudad bonita, la verdad.


A pocos kilómetros de la urbe fuimos a visitar un pequeño yacimiento llamado Oxtankah. La verdad es que no destaca por su espectacularidad, aunque tiene algunos edificios interesantes, con una plaza rodeada de estructuras en las que destaca una especie de banco que conserva molduras de estuco policromadas. Se pueden ver edificios aún en ruinas, cubiertos de vegetación, mientras se pasea por los senderos que conectan las diferentes zonas visitables. Destacan también los restos de una iglesia de época colonial, que uno se encuentra de repente entre la vegetación. La zona tiene un toque romántico.

Nuestra nota: 6,5/10
Lo mejor: La vegetación es espesa y los paseos por entre las ruinas son bonitos
Lo no tan bueno: No hay mucho quever, si se compara con yacimientos de mas entidad.
Recomendamos: Descansar un rato junto a las ruinas de la iglesia, la atmósfera del sitio es especial.

La visita al sitio no nos tomó mas de una hora y media, tras lo cual nos dirijimos a Chetumal, para descansar un poco en nuestro hotel (bastante cutre por cierto), lo mejor del cual fue poder bañarnos en la piscina solitos. Después de refrescarnos un poco, decidimos aprovechar que el museo de la ciudad estaba al lado, y le hicimos una visita. Es un poco decepcionante, ya que todas las piezas que se exponen son réplicas (aunque muy bien logradas, la verdad). Tiene una interesante colección de maquetas de algunos de los sitios mas famosos e importantes de la cultura maya, pero lo mas destacable es el conjunto de reproducciones de páginas de los códices mayas de Dresden y de Madrid, con escritos e ilustraciones muy interesantes. Por la noche cenamos de unos bocadillos en un tugurio cerca del centro, y nos fuimos a reponer fuerzas. El día siguiente nos esperaba un día de mucha emoción...

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