9 dic 2011

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Ya iniciado el regreso de nuestro periplo por tierras campechanas, decidimos regalarnos una noche de descanso y lujo (dentro de nuestras posibilidades, claro). No le hacemos ascos a dormir en campings o cabañas económicas cuando es necesario, sobre todo si ello nos facilita las visitas que nos interesa hacer (aparte de que en muchas de las zonas por las que nos movemos carecen de alojamientos de otro tipo), pero si se tercia, para dar un poco de relax al cuerpo, nos gusta disfrutar de alguna noche en un establecimiento de nivel superior, con una buena cama y demás "lujos".

En este caso nos decidimos por la Hacienda Santa Rosa, en el estado de Yucatán. Se trata de una antigua hacienda henequera rehabilitada como hotel, que se encuentra en el km. 129 de la carretera de Mérida a Campeche, en el pueblecito de Santa Rosa. Es un establecimiento pequeño (solo tiene 11 habitaciones), pero muy agradable, tranquilo y cómodo. El establecimiento tiene servicio de spa, y como cortesía se ofrece a los clientes un masaje de 10 minutos para después de instalarse en su habitación (recomiendo el masaje de pies, sobre todo si se viene de patear yacimientos arqueológicos todo el día).

Las habitaciones son espaciosas y decoradas con muebles antiguos, muy limpias y con todo tipo de comodidades, incluyendo jardín privado y jacuzzi exterior algunas suites.

La hacienda dispone de extensos jardines, con dos piscinas, e incluyendo un muy completo jardín botánico, en la antigua zona de huerto, por el que se puede pasear y disfrutar de la calma del lugar por entre especies autóctonas. Hay que destacar también toda la zona que antaño se dedicaba a la producción de henequén, con sus edificios industriales, maquinaria, viejas chimeneas... todo ello bien preparado para la visita y el paseo.

Hay que hacer mención también del excelente servicio de restaurante que tiene el lugar. La cena fue exquisita, con platos típicos de la región, y el desayuno, en un comedor terraza muy agradable, fue también perfecto.

Nuestra nota: 9/10
Lo mejor: La habitación es de lujo, y la comida también. Destacaría también el ambiente tranquilo y relajado que se respira.
Lo no tan bueno: El precio es un poco elevado para algunos bolsillos.
Recomendamos: Pasear con calma por los jardines y edificios antiguos. Consultar su página web porque a veces disponen de ofertas muy interesantes (sobre todo en temporada baja).

3 dic 2011

La cueva de Xtacunbilxunaan (ya se que es impronunciable para los que no hablamos maya) es una visita que vale la pena realizar si se pasa por la zona del norte de Campeche. Para llegar al lugar hay que seguír la carretera federal 261, de Hopelchén a Muna (la que pasa por Uxmal). A unos 40 km. al norte de la primera encontraréis el letrero del sitio.

No es un lugar imprescindible, la verdad, pero después de ver tanto yacimiento, es agradable visitar algo distinto, para variar un poco. Y hay que decir que la cueva es espectacular. Después de pagar la entrada (que cuesta 50$MXN), se puede descender solo, si se tiene linterna propia, o acompañado por un guia, que es lo que hicimos nosotros.

Esta cueva fue aprovechada por los antiguos mayas para conseguir agua potable, en una zona con muy pocos acuíferos de fácil aprovechamiento. El lugar se siguió usando hasta al menos mediados del s.XIX, hasta que se secó de manera definitiva el pozo principal. Existe una famosa lámina del célebre ilustrador inglés Fréderick Catherwood (que acompañó al explorador John Stephens en sus viajes por la zona), que en 1841 plasmó el interior de Xtacunbilxunaan, pudiéndose ver el sistema de escalas de madera que usaban, probablemente desde la antiguedad, los habitantes de la región para extraer el agua del fondo del cenote.

El tamaño de la gruta es enorme, tanto por la altura del pozo principal como por la cantidad de salas y pozos, de los que nada mas se puede visitar una pequeña parte. La tradición maya emparenta este tipo de cuevas con entradas al Xibalbá, o inframundo, dominado por un conjunto de deidades, y dividido en siete Casas. Es habitual encontrar en su interior restos de ofrendas, altares y restos arqueológicos relacionados con el culto al los dioses del submundo, además de que, en este caso, se identifican las diferentes salas de la inmensa cueva con las distintas casas del inframundo, como la casa de los Murciélagos, o la Casa de las Corrientes de Aire.

Todo el recorrido empieza con un largo descenso hacia la enorme boca de la cueva, por una escalinata que parece ser engullida. La visita se realiza con soporte de audio en forma de altavoces, explicándose curiosidades y leyendas relacionadas con Xtacunbilxunaan, además de iluminación de diversos colores (que en mi opinión podrían haberse ahorrado, con luz blanca basta) y una recreación de la gran escala de troncos que dibujó Catherwood hace 170 años, con maniquíes en el fondo del cenote, para poder hacerse una idea del tamaño del sitio, y del trabajo que suponía extraer agua desde allí.

A la hora de volver a la entrada, la subida es intensa, ya que hemos bajado muchos metros, y la frondosidad de la selva, junto con el calor, nos espera en la superficie.

Nuestra nota: 7/10
Lo mejor: La cueva es espectacular por su tamaño. La Sala Catherwood (donde está la escala) es impresionante.
Lo no tan bueno: El acompañamiento de luz y sonido no es muy bueno
Recomendamos: Llevar vuestras propias linternas, para tener un poco de autosuficiencia dentro de la cueva.

Siguiendo nuestra ruta, en la carretera que enlaza Bolonchén y Hecelchakán, encontramos el yacimiento maya de Xcalumkín.
Se trata de lo que fué un importante centro urbano en el periodo Puuc (clásico final, entre el 600 y el 900 d.C.). La entrada es gratuita.

El lugar debió ser enorm
e, pero en la actualidad hay excavado y reconstruido una pequeña parte de las estructuras presentes en el yacimiento, con lo que la visita no destaca por su espectacularidad.

De todas formas, se pueden ver buenos ejemplos de arquitectura Puuc, co
n sus características decoraciones en forma de columnillas adosadas. No existen aquí (o no están excavados) grandes templos o pirámides, pero sí se pueden ver bastantes ejemplos de edificios palaciegos y residencias nobles, con abundancia de bóvedas semiderruidas, columnas surgiendo por entre los montículos que ocultan el resto de las estructuras. Sin duda sería un lugar mucho mas interesante si se excavara y restaurara mas extensión.

Nuestra nota: 6/10
Lo mejor: Es un buen ejemplo de decoración Puuc, siempre espectacular. Es gratuito y hay poca gente.
Lo no tan bueno: Hay poco excavado, y solo se intuyen el resto de edificaciones enterradas
Recomendamos: Si visitais el lugar en época seca, llevad agua abundante y sombrero, ya que hace un calor terrible.

23 nov 2011

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Si pudiera volver a uno de los sitios que hemos visitado creo que elegiría Santa Rosa.

Desde el poblado de Holpechén, siguiendo la carretera 261, hacia el km 79 se encuentra la desviación a Santa Rosa Xtampak. Hay que seguir un camino de terracería por unos 40 km. El trayecto se hace largo y algo pesado. Llega un momento en el que deja de haber indicaciones por el camino y siempre hay que seguir en linea recta o bien escoger el camino que esté mejor mantenido (a veces las diferencias son sutiles). Nosotros nos metimos por error en algún pueblito y la terracería se nos hizo eterna, pero finalmente llegamos sin complicación al sitio. Justo donde termina el camino...

Siguiendo la política del INAH (política imaginada por nosotros después de unas decenas de sitios visitados, sin contrastar) al tratarse de un sitio poco visitado y de acceso más bien remoto, el precio es de 31MXN. Sorprendente porque para nosotros, Santa Rosa, ha sido una de las grandes sorpresas de nuestras aventuras y uno de los lugares que más merece la pena visitar.

Se trata de una monumental ciudad de estilo Chenes (aunque hay algunos elementos Puuc por aquí y por allá) que parece fue la "capital" de esta zona durante el clásico. A la vista de visitante está que se trata de un lugar importante. Sus más de 30km2 de extensión, la monumentalidad de sus edificios, la arquitectura de sus plazas, etc. Es uno de los pocos lugares de la zona que contó con estelas grabadas con inscripciones...

El área se sigue trabajando hoy en día y además de las estructuras que nos muestran en el mapa principal se pueden visitar una serie de plazas todavía sin rehabilitar muy espectaculares. Por el camino se pueden observar varios chultunes, muy comunes en el área, que servían para almacenar el agua.

Las partes mejor conservadas y por las que la visita merece la pena son el Palacio (con sus tres niveles de construcción), el Cuartel (espectacular plaza con edificaciones a los cuatro costados) y el edificio de la serpiente con una figura de Itzamná.

Los vigilantes del sitio nos contaron que los "antiguos" (mayas) no siempre están contentos con cómo se trabaja el sitio. Hacía unos meses removieron una piedra que tapaba un arroyo natural en una de las escalinatas del Cuartel, según el guía el agua brotaba casi por el borde del agujero, pero los arqueólogos los dejaron destapado y los mayas se enfadaron y lo secaron. Estando en el lugar, completamente hechizados por el ambiente y su preciosa arquitectura, nosotros no dudamos en ningún momento de que se trataba de un hecho perfectamente real.

Nosotros disfrutamos de una visita deliciosa, una vez más nos perdimos por todos los rincones, encontramos zonas sin excavar y a medio excavar, encontramos selva y lo pasamos fenomenal.

Nuestra nota: 9/10
Lo mejor: El Cuartel y El palacio, pero todo merece la pena.
Lo no tan bueno: La carretera para llegar.
Recomendamos: Llegar temprano para que no apriete el sol, perderse por toda la zona, preguntar a los vigilantes son unos tios estupendos (al menos cuando estuvimos allí) ellos mismo te muestran zonas menos conocidas y cuentan anécdotas del trabajo ya que llevan allí aaaños! Aunque sea un rodeo hay que visitar este lugar. 






10 nov 2011

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Desde Campeche hay dos maneras de llegar por carretera a Holpechén, ciudad desde la cual se accede fácilmente a los sitios del este del estado y que se caracterizan por su estilo arquitectónico Chenes.

Una de ellas es seguir la carretera 261 que va directa. Nosotros, como pasamos por Edzná y teníamos contemplado regresar por el norte, decidimos tomar la menos transitada 283 y visitar la Región del Chenes. En el mismo día pudimos visitar 3 pequeños sitios: Hochob, Dzibilnocac y Tabasqueño. Los sitios están mejor señalizados si se visitan en sentido contrario (vamos, desde la carretera que nosotros decidimios no tomar) pero no significa que sea imposible encontrarlos...



La arquitectura de la Región del Chenes, con características del Puuc y de Rio Bec, se caracteriza por el uso de máscaras zoomorfas alrededor de puertas y en fachadas superiores (en 3 partes) y cresterías en un solo muro. Es un estilo más complejo de indentificar debido a la semejanzas que guarda con sus vecinos, a veces es más fácil ver las diferencias y así ubicar los estilos correctamente. En este caso, por ejemplo, no encontramos los complejos de torres gemelas de Rio Bec.

Hochob (Lugar de las mazorcas de maíz) se encuentra cerca de la carretera 283, es absurdo que no esté señalizado desde este sentido puesto que se accede de manera más directa que desde Holpechén. Una vez localicéis el poblado de Chencoh ya no tiene pérdida.

El acceso cuesta 31MXN y se encuentra en un alto, tiene caseta de cobro donde venden pequeñas publicaciones útiles para visitar el sitio por apenas 5 MXN y baños ecológicos. Aunque se han encontrado datos de ocupación anteriores, el apogeo de Hochob se dió en el Clásico Terminal (800-1000 d.C) y el Posclásico Temprano (1000-1250 d.C)

Lo que más destaca del sitio es su Palacio Principal con un mascarón de Itzamná que ocupa toda la parte central. Hay otras estructuras interesantes como el Palacio del Este o las Estructuras V y VI en la parte opuesta de la plaza.

Nuestra nota: 7.5/10
Lo mejor: El tremendo mascarón de Itzamná.
Lo no tan bueno: El sitio es pequeño, fuera de la plaza principal no hay nada reconstruido.
Recomendamos: Subir con energía la escaleras! El sitio está en el primer alto que nos encontramos en mucho tiempo!!


Un poco más adelante, siguiendo la misma carretera 283 todo recto, encontramos el pueblo de Iturbide (OJO: que en todos los carteles sale señalizado como Vicente Guerrero). Para llegar a Dzibilnocac (Bóveda Pintada) hay que atravesar el pueblo hasta el final. Nos encontramos entonces directamente con el sitio.

A pesar de situarse sobre una superficie de unos 1.5 km2 el area accesible hoy es muy reducida. El sitio es sencillo y sólo destaca su estructura principal cuyo templo superior se encuentra adornado con mascarones del monstruo de la tierra. Esta estructura nos recuerda muuuucho el estilo Rio Bec.  El acceso es gratuito por el momento.

Nuestra nota: 6.5/10
Lo mejor: La estructura A1, no hay mucho más.
Lo no tan bueno: El sitio es pequeño y se ha excavado muy poco.
Recomendamos: No perder mucho tiempo aquí si tenéis que ver otros sitios.
El último sitio Chenes de nos pilló de camino fue Tabasqueño. Sin duda el mejor señalizado pero cuya carretera de acceso es simplemente infernal. Nosotros llegamos sin "problema" con nuestro SUV, pero tuvimos que asistir por el camino a la única pareja de visitantes que nos encontramos por toda la zona. En época de lluvias imagino que el acceso será muy complicado.

También se trata de un sitio pequeño, cuya zona explorada consiste sólo en una plaza rectangular adornada de edificios estilo Chenes en sus costados, y con su apogeo en el Clásico Tardío.

Su entrada también es gratuita y su Templo-Palacio destaca por su portada zoomorfa integral con mascarones de Chac en los laterales.
Nuestra nota: 7/10
Lo mejor: La portada zoomorfa de la Estructura I
Lo no tan bueno: Lo mismo que los sitios anteriores. Poca superficie explorada.
Recomendamos: Ver los 3 sitios, de esta manera la visita sabe a más.

7 nov 2011

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Para llegar al Edzná desde la ciudad de Campeche (que es lo mas habitual), se debe coger la carretera hacia Hopelchén, hacia el Este. Después de unos 45 km. encontraremos una desviación a la derecha que, tras unos 20 km. nos llevará a las puertas del yacimiento. De todos modos está bien señalizado desde la ciudad, ya que se trata de un yacimiento importante.

Edzná es una antigua ciudad maya fundada originalmente en el 400 a.C., y cuyo apogeo comenzó a partir del 600 d.C. (en el clásico), y que pervive hasta poco tiempo antes de la llegada de los españoles (1,450 d.C.). En sus construcciones podemos hallar influencias de las culturas Puuc, Chenes y Petén, y bien vale una visita, ya que algunos de los edificios que se conservan son muy espectaculares.
La entrada al recinto cuesta $41.00, y se llega al yacimiento por una larga avenida. Lo primero que nos encontramos es un edificio de tipo administrativo, llamado la Casa de los Cuchillos (ya que en él se hallaron bastantes de estos utensilios). Este edificio da paso a la Gran Plaza que conforma el centro de la antigua ciudad maya de Edzná. Y es una plaza realmente impresionante. En el lado derecho podemos ver la Nohoch na, o Casa Grande, una larguísima estructura con gradas, probablemente utilizadas por los pobladores para asistir a espectáculos o ceremonias religiosas en la Plaza. Sobre esta estructura había dependencias administrativas.

Al fondo vemos una pequeña pirámide y un juego de pelota, y a la derecha de la plaza destaca un enorme zócalo sobre el que se alza el famoso Edificio de los Cinco Pisos, una estructura piramidal impresionante, con habitaciones en cada altura y portales de estilo puuc. Sobre el último de los pisos se conserva parte de una crestería que otorga mas altura al edificio. Sobre el zócalo hay también algunos edificios mas, que forman otra plaza, con algunas pequeñas estructuras adicionales tras ellos. Todo este enorme conjunto se llama la Gran Acrópolis.
Siguiendo con la visita, no hay que perderse, tras el Juego de Pelota un pequeño edificio con mascarones muy bien conservados, mas allá de la gran plaza, junto al cual podemos ver otro zócalo, no tan grande, y con templos encima, al que se llama Pequeña Acrópolis.

Siguiendo caminos secundarios se puede llegar a visitar alguna estructura de interés (siempre que se pueda evitar convenientemente a los vigilantes en las zonas con paso restringido), como una pirámide recientemente despejada de vegetación pero aún inexcavada tras la Gran Casa, o el pequeño Patio de los Embajadores, junto a la Casa de los Cuchillos.

En conjunto podemos decir que Edzná, a pesar de no ser una de las"joyas de la corona" (como Tikal, Uxmal, Palenque o Chichen), sí se puede incluir en un segundo nivel de ciudades mayas casi igual de espectaculares pero que no gozan de tanta fama como sus hermanas mayores, como Kohunlich, Dzibanché, Becán, Yaxchilan o Santa Rosa Xtampak.


Nuestra nota: 8,5/10
Lo mejor: El Edificio de los Cinco Pisos es brutal, sobre su zócalo y junto con el resto de construcciones de la Gran Acrópolis.
Lo no tan bueno: Es un lugar bastante concurrido (sobre todo si se visita en el Equinoccio de primavera).
Recomendamos: Recrearse un rato contemplando la Gran Acrópolis desde las gradas de alguno de sus templos menores. Seguir los senderitos y disfrutar de los edificios mas alejados de la Gran Plaza también.

2 nov 2011

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San Francisco de Campeche, capital del estado de Campeche, es una bonita ciudad colonial a orillas del Golfo de México. Su centro histórico está declarado patrimonio de la humanidad, y pasa por ser una de las únicas ciudades amuralladas del Caribe. Fue fundada por un tal Francisco de Montejo y León "el Mozo" en 1540, después de que la original Salamanca de Campeche (1531) tuviera que ser abandonada (se ve que los mayas se lo pusieron complicado a los españoles). El lugar sirvió de base a estos últimos para la conquista del Yucatán (1542-46).La ciudad colonial, de tipo renacentista, tiene una planta en damero, con una gran plaza en la que está la Catedral, y está rodeada de una muralla con baluartes, algunos de los cuales, restaurados, han sido reutilizados para alojar museos y dependencias municipales.

Para visitar Campeche lo mas cómodo es alojarse en alguno de los variados pequeños hoteles que se pueden encontrar en el centro, la mayoría de ell
os muy cerca del mar. Los precios son razonables y dispo nen de todas las comodidades, y algunos incluyen piscina.
El la ciudad se pueden visitar lugares de interés, pero lo que es mas recomendable es pasear por las calles, muy coloridas, y disfrutar de la arquitectura colonial, bien conservada en muchos de sus restaurados edificios. Hay multitud de pequeños restaurantes con precios económicos en los que se puede disfrutar de la cocina local, y también vale la pena subir a los diferentes tramos de muralla, desde los que apreciar la urbe.
Hay unos cuantos sitios que conviene no perderse:


La Catedral de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, del s.XVII, que preside la plaza de la Constitución. Todo el conjunto es muy bonito, con algunos edificios coloniales bien conservados, muchas casas pintadas en colores vivos.

Museo de Arquitectura Maya, enclavado en el baluarte de la Soledad, muy cerca de la Plaza de la Constitución. Tiene una muestra de magníficos elementos arquitectónicos, generalmente cubiertos de glifos, provenientes de algunos de los mas significativos yacimientos mayas del estado (Edzná, Santa Rosa, Calakmul, Becán, etc...).

Museo de Arqueología, situado en una espectacular fortificación colonial del s. XVIII, el fuerte de San Miguel, en la cima de una colina que domina la ciudad. La colección tiene piezas muy buenas, como algunas de las famosas máscaras mortuorias de jade. Vale la pena la visita, aunque solo sea para disfrutar de la vista desde lo alto de la fortaleza.

En conjunto es una visita muy recomendable, ya que es una de las ciudades mexicanas mas hermosas de todo Yucatán (por no decir la mas hermosa). Un lugar tranquilo en el que pasar un par de días (tampoco mas, porque la ciudad no es muy grande)

Nuestra nota: 8/10
Lo mejor: Es fácil de visitar, muy tranquila y un magnífico ejemplo de ciudad colonial. El museo de arquitectura maya tiene piezas muy buenas.
Lo no tan bueno: Es una ciudad pequeña, no hay muchas cosas que visitar.
Recomendamos: Dar un paseo por la orilla del mar, se pueden ver pescadores vendiendo su mercancía directamente (hasta tiburoncillos)


30 oct 2011

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Camino de Merida a Campeche hay varias señalizaciones de ruinas. Muchas de ellas continuan el estilo Puuc que prolifera un poco más al norte.

Las ruinas que fuimos a visitar Acanmul y Kankí, a pesar de estar señalizadas en algún punto del camino no son demasiado fáciles de localizar, sobretodo Acanmul, que a partir de cierto punto resulta prácticamente imposible de encontrar. Para llegar sin perderse hace falta seguir las siguientes instrucciones:

Desde la carretera general que va a Campeche hay que tomar una desviación hacia Chamblas desde Hampolol. (Justo ahí es donde debe aparecer un cartelito azul de ruinas típoco de la zona). Acanmul está pasado el pueblo de Nachehá, siguiendo la carretera todo recto hasta tomar el desvio al pueblo del mismo nombre, en Nachehá hay que tomar una carretera de terracería, a unos 4.5km una salida casi oculta a la derecha, junto a una curva. Entrando por la pista de tierra el sitio está en la primera bifurcación, a mano izquierda. No tiene pérdida (je, je, je).

Acanmul es un pequeño sitio en el que se ve se han estado haciendo trabajos de investigación los últimos años. Hay algunos carteles escritos a mano que indican las estrucuturas y resulta sencillo de visitar (a pesar de encontrarse un poquito escondido). Está cubierto de vegetación pero el tamaño de las estructuras es importante y se encuentran en bastante buen estado. Tal vez por sí sólo no merece la pena un viaje tan largo, pero estando en la zona resulta curioso de ver y uno puede sentirse un descubridor del XIX. Ya me gustaría a mi dibujar como Catherwood!!


Nuestra nota: 6.5/10
Lo mejor: Lo que nos reimos hasta encontrar el sitio (preguntamos como a 4 personas y una aseguró para sus adentros que no lo encontraríamos, curiosamente fueron las indicaciones de ese último las que nos llevaron al lugar). Lugar para ver en soledad.
Lo no tan bueno: En realidad no tiene nada malo, pero es un lugar pequeño y no tan espectacular.
Recomendamos: Seguir las indicaciones si no queréis pasar media mañana buscándolo. 




En Tenabó, pasada la PEMEX está el desvío a Kankí. Hay que llegar por la carretera hasta el pueblo del mismo nombre a unos 15km, adentrándose en el pueblo llegar hasta el cartel que señaliza el "camino" al sitio de unos 500m. Bastante más sencillo de localizar que el yacimiento anterior.

El lugar tiene un centro de interpretación (un chamizo con un bote de basura) y está algo más organizado que otros que hemos visto, aun así no encontramos a nadie que vigilara el lugar.

La ciudad se compone de una sucesión de plazas (10 en total) comunicadas unas con otras en las que se pueden ver algunas subestructuras que quedan en pie.

El sitio, de estilo arquitectónico Puuc, resulta curioso por esta sucesión de patios, pero hay pocas estructuras realmente a la vista y lo que más llama la atención son los túmulos de rocas unos tras otros. LLegados a la parte principal del sitio se pueden observar algunos detalles como columnas o algún friso. El sitio está algo retirado y no es muy conocido por lo que lo visitamos completamente solos.


Nuestra nota: 6.5/10
Lo mejor: Resulta curioso el sistema de Patios, hasta que comienzas a seguirlos parece que no hay mucho que ver, pero el sitio es grandecito. Los árboles de peluches, rodean todo el sitio
Lo no tan bueno: Cuidado con el suelo que pisas. Hay zonas con pozos que casi no se ven y el terreno es bastante accidentado. En época seca hay millones de bichines que te siguen.
 Recomendamos: Pasear por todo el complejo, no es muy grande pero ya que se va merece la pena verlo entero. 




30 sept 2011

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A unos 30 km al sur de Mérida, siguiendo la carretera hacia Uxmal, encontramos la desviación a la hacienda. El camino está bien señalizado y es difícil perderse. Nosotros llegamos sin problema y era noche cerrada.

Está en el centro de una pequeña población, se aprecian a lo lejos unos muros algo destartalados, algunas paredes desconchadas, llama la atención el aspecto decadente del lugar. También su majestuosidad. Llegamos pasadas las 10 de la noche y nos espera el guardés, nos guía hacia el portón y nos muestra nuestra "recamara". En la finca no hay nadie más, estamos solos. Esta es la experiencia de Yaxcopoil.


El dormitorio es enorme, dentro hay un baño moderno y muy limpio. A cada lado sendos jardines que a la luz de la luna no tienen desperdicio. Todo por 60 USD. 20 USD más por persona e incluye cena y desayuno. Elegimos esa opción. (Parece que han actualizado los precios)


Aurora, la mujer del encargado nos trae la cena. Sopa de lima, 3 tipos de tamales, totopos, salsas, agua de horchata y dulce de papaya. Una delicia.

Cuando fuimos estaban arreglando otra estancia de la casona para habilitar otro cuarto. En ese momento sólo había uno, el nuestro. Lo que permitió que realizaramos nuestro personal y solitario viaje al siglo XIX solos rodeados por el sonido de los grillos, alguna salamandra y un gato. 

Mario nos platica que trabaja en la hacienda desde los 12 años (ya hace más de 50), cuando eran cientos en el lugar. Apenas trabajan ahora unas 15 personas, ya que la plantación henequera paró en 1984, siendo un golpe casi mortal para el pueblo y la zona.

A la mañana siguiente nos sirven el desayuno y paseamos por toda la finca. Mario nos guía por la casa y nos explica su historia y la de la familia. Nos lleva por los huertos y orgulloso habla de los frutales y el sistema de riego que supuso un avance en su tiempo, aun hoy se puede apreciar la potente infraestructura. Las factorías apenas se mantienen en pie y aun así sus fachadas resultan muy espectaculares.

Hay varias haciendas similares por la zona, muy pocas siguen en funcionamiento desde los ochenta. Alguna más pequeña sigue en activo como atracción turística, según nos comentaron, ésta es una de las más grandes de la zona. Recomendamos darse un paseo por allí para contemplar un ejemplo del fenómeno henequero que dominó toda el área desde finales del XIX. 

ACTUALIZACIÓN: También es posible acercarse a la finca sólo de visita, son flexibles en los horarios de apertura y cuesta 50 MXN por persona. Existe la posibilidad de rentar el lugar para celebraciones, quinceañeras, etc... Desde luego es un lugar incomparable para una fiesta. Pulsando sobre las imagenes de la parte superior derecha podéis ver el album completo con imágenes de la finca.

Nuestra nota: 8/10
Lo mejor: Disfrutar de la hacienda en soledad, la comida de doña Aurora.
Lo no tan bueno: La melancolía que desprende el lugar por cada una de sus grietas. Y también de las palabras de Mario.
Recomendamos: Contratar la comida y pasear con Mario, la visita a lo que queda de las salas de máquinas y almacenes merece mucho la pena, las historias que cuenta el guardés, son historias del campo, siempre dificil, pero llenas de anécdotas y de historia. 


24 sept 2011

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Las mil caras de Campeche

Esta es otra de las escapadas que hemos podido realizar, en esta ocasión, pasando 4 noches fuera. Decidimos probar un par de haciendas para dormir (de muy diferente calado, todo hay que decirlo), así como visitar una ciudad colonial e intentar barrer lo que nos quedaba del estado de Campeche (del cual ya conociamos el sur).
Como de costumbre, podéis acceder a este mapa pulsando aquí para verlo en detalle y localizar cada punto.

Las distancias recorridas en este viaje fueron un poco más largas pero muy gratificantes. A día de hoy no guardo un mal recuerdo de esta escapada y sí que nos llevamos varias gratas sorpresas. Sin dudarlo repetiría.

El viaje lo realizamos en coche, como usualmente. Salimos por la tarde para llegar a nuetro primer alojamiento pasado Mérida. La Hacienda Yaxcopoil. Al día siguiente tomatos camino hacia la ciudad colonial de Campeche pasando por dos sitios arqueológicos ocultos: Acanmul y Kanki.

El siguiente día fue muy intenso, día de Equinoccio, visitamos Edzna, Hochob, Tabasqueño y Dzibilnocac. La siguiente jornada resultó memorable al realizar uno de los grandes descubrimientos de toda nuestra estancia: Santa Rosa Xtampak. Posteriormente visitamos las grutas de Xtancumbilxunaan (sí, puedo decirlo en voz alta de carrerilla, ¿y tú?) y el pequeño sitio de Xkalumkin.

Terminamos nuestro periplo dándonos el gustazo de dormir en la Hacienda Santa Rosa y visitando las ruinas de Oxkintok.

Para los no acostumbrados a ritmos frenéticos recomendamos realizarla con un par de días extras. Si dispones de un par de semanas mejor visitar todo el estado, que no tiene desperdicio, llegando hacia la zona de Rio Bec que quedaba ya bastante cerquita.
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Parece ser que el área del noreste de la península del Yucatán no estuvo muy dénsamente poblada durante el periodo clásico maya. No hay grandes yacimientos, y la ciudades importantes mas cercanas a la zona en la que actualmente se levanta Cancún se encuentran a mas de 100km. de distancia (Cobá, Yaxuná, Ek Balam o Chichen Itzá). Pero eso no quiere decir que no viviera gente. De hecho abundan los restos de pequeños asentamientos costeros, algunos bastante antiguos, que debieron vivir de la explotación de los recursos marinos y del comercio. Así era cuando llegaron los españoles en el s. XVI, y de hecho fue en esta zona donde se produjo el primer contacto entre ambas culturas.

Cerca de Cancún encontramos dos de estos yacimientos, bien rehabilitados y preparados para ser visitados. No son muy espectaculares pero tienen la ventaja de estar muy cerca de las zonas hoteleras, y si uno está alojado en Cancún es realmente fácil acercarse a verlos. Se trata de El Rey y El Meco.

El Rey se encuentra en la lengua de tierra que rodea la laguna Nichupte, en plena zona hotelera, Km. 18. Lo primero que llama la atención del lugar es la gran cantidad de iguanas que pasean tranquilamente, o toman el sol sobre las ruinas. Se trata de un pequeño yacimiento en el que abundan las pequeñas plataformas sobre las que se levantaban las casas mayas, ya desaparecidas al estar construidas por materiales menos resistentes (madera, palma y adobe). Solo las familias mas ricas se permitían construirlas en piedra. Se pueden ver algunos edificios mas grandes, de uso probablemente administrativo y residencial, que conservan columnatas, e incluso uno de ellos conserva algunos dinteles y restos de alguna habitación. El edificio que mas destaca es un pequeño templo piramidal, que se eleva sobre el resto de edificaciones del lugar. La entrada al recinto cuesta 37 pesos MXN, poco mas de dos euros.

Nuestra nota: 6/10
Lo mejor: Está cerca de Cancún. La cantidad de iguanas que deambulan por la zona.
Lo no tan bueno: El yacimiento es pequeño, y no tiene grandes edificios.
Recomendamos: Aprovechar la visita para darse un baño en la estupenda playa que hay a apenas 100 metros, de arenas blancas y con un agua fantástica. Una de las pocas zonas de playa sin hoteles que hay en Cancún.

El Meco está al norte de Cancún, en la carretera que va a Punta Sam, a apenas cuatro kilómetros de la ciudad. Las ruinas están cerca del mar, y el recinto tiene fácil aparcamiento junto a su entrada. La entrada cuesta también 37 pesos MXN. No es un yacimiento muy grande, y lo que mas destaca es una pequeña pirámide en el centro del sitio. No se puede subir a ella, pero vale la pena darle la vuelta para apreciarla desde todos los ángulos. Es el edificio maya mas grande en 150 km. a la redonda. El resto del yacimiento consiste en algunas casas sobre zócalo, una de ellas con un enorme arbol dentro, bajo la sombra del cual es agradable sentarse un rato y disfrutar del sitio.

Una de las ventajas del lugar es que se puede combinar fácilmente con un buen baño en alguna de las playas cercanas, y una buena comida, preferentemente de pescado, en cualquiera de los chiringuitos que podemos encontrar al otro lado de la carretera.

Ambos yacimientos son una buena opción para entrar en contacto con la antigua cultura maya sin tener que alejarse mucho de la zona turística. Perfecto para los poco aventureros.

Nuestra nota: 6/10
Lo mejor: Está cerca de Cancún. La pirámide bien vale la visita.
Lo no tan bueno: El yacimiento es bastante pequeño, y no se permite la subida a la pirámide.
Recomendamos: Comer en alguno de los chiringuitos cercanos, suelen tener pescado del día, y lo hacen a la plancha o a la brasa, muy rico y barato.

13 sept 2011

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"Si bien lo miran, no hay nadie que no experimente, en alguna ocasión u otra, y en más o menos grado, sentimientos análogos a los míos respecto del océano."  Moby Dick (1851)


El tiburón ballena es el pez más grande de la tierra. Su longitud puede alcanzar los 12 metros y se cree que habita nuestros océanos desde hace más de sesenta millones de años. Se trata de un animal extremadamente bello, elegante y único. Nadar junto a ellos es una actividad accesible a todo el mundo pero no por ello deja de ser una de las experiencias más conmovedoras y alucinantes que he disfrutado en mi vida.

Practicada exclusivamente durante la temporada de migración (de junio a septiembre) este fenómeno es algo que nadie debe perderse si visita el área durante esta época (sobre todo julio y agosto).

Para nadar con estos pececillos en Yucatán hay dos opciones:
  • Llegar hasta la isla de Holbox y contratar allí la embarcación para la excursión
  • Salir desde el embarcadero de Punta Sam a unos 15 min del centro de Cancún. 
Nosotros optamos por la segunda opción. ¿Por qué? A pesar de ser Holbox un enclave paradisíaco se encuentra un poco lejos de Cancún y con un poco de mala suerte y después de llegar hasta allí si no hace buen tiempo te puedes quedar sin ver los tiburones.

Punta Sam es una apuesta segura. Está cerca del centro y la zona de avistamiento suele tener una mayor concentración de tiburones (también de otras embarcaciones). Si queréis ir a tiro fijo recomiendo esta opción. Si estáis buscando algo más de aventura mejor ir desde Holbox.
La excursión debe hacerse con una embarcación autorizada y con guía. Es una actividad muy vigilada puesto que se trata de preservar la seguridad de los animales para que se siga realizando a lo largo de muchos años y es algo que deja mucho dinero del turismo. Hay cientos de agencias que ofrecen la visita. Ojo con los precios, el tiburón ballena es el mismo para todo el mundo y lo que ofrecen unos y otros también es muy similar. El precio puede rondar desde los 2000MXN hasta los 900MXN (algo un poco más económico si eres local y persistente) pero no penséis que por pagar más lo pasaréis mejor. Ya os digo que la excursión es la misma y los tiburones con los que nadas también.

El tour que ofrece la mayoría incluye todo el equipo de snorkel (chaleco obligatorio si no llevas neopreno), bebidas sin alcohol, unos sandwiches y un ceviche fresquito para después de la actividad, además de un snorkel cerca de isla mujeres. Ah!! y lo más importante, al menos dos inmersiones con el tiburón ballena. Algunos te van a buscar al hotel, aunque si te ahorras un dinero igual ni merece la pena y se puede llegar hasta Punta Sam en colectivo.

Las barcas suelen salir a las 8 así que con estar allí media hora antes si todavía no has contratado nada puedes conseguir una excursión al momento. Después de la salida la lancha navega durante una hora más o menos (depende la zona en la que se encuentren, pero ronda entre los 45min y una hora y pico) hasta que se avistan los primeros tiburones o las primeras embarcaciones. Los lancheros se avisan entre sí para llegar más rápidamente ¡Hay tiburones para todos!

Cuando se avistan las primeras aletas dorsales en el agua uno no puede contener la emoción, a medida que te calzas las aletas y preparas tu máscara y tu tubo es inevitable sentir como se acelera el pulso, parece increible que estés ahí y te vayas a lanzar al agua. Pero así es.

¡Vamos, vamos, vamos! Palabras claves para tirarse al aguna junto con el tiburón. Sólo queda sumergirse y nadar... En ese momento el mundo que te rodea deja de tener importancia, los compañeros de expedición, la embarcación, es como si desaparecieran. El ritmo de tu respiración y los hipnóticos movimientos del tiburón ballena te sumergen en una atmósfera única e irrepetible. Se trata de un experiencia completamente personal e individual que cada uno vivirá a su manera.

Después de unos minutos te quedas sin aliento. Tus aletitas y tu pequeño cuerpo no puede hacer nada contra ese portento de la naturaleza. Con un par de impulsos de su cola te deja atrás y exhausto.

Poco más se puede decir de esta actividad, sólo queda recomendar, a todo aque que pueda, que no deje de realizarla. El subidón de adrenalina en el cuerpo después de nadar con uno de esos bichitos es incomparable, al igual que la siesta que viene después, de esas que se escapán de las manos....

El video publicado a continuación es obra de Irene G León, al igual que las fotografías publicadas. Muchas gracias por el material y vuestra generosidad.

Nuestra nota: 9.5/10 (esta nota ha sido dificil, parte de la expedición pasó todo el paseo en barca mareada, finalmente he decidido dejar la nota alta porque yo no me mareé y me ha tocado a mí escribir la entrada ;-) )
Lo mejor: Nadar con tremendo animal. Nadar a un costado, muy cerquita, para que el tiburón te arrastre con su estela y cueste mucho menos llevar el ritmo, sensación única.
Lo no tan bueno: Mucha gente, si eres sensible te puedes marear en el barco y eso es desagradable, el arrecife donde se bucea no está tan bien. 
Recomendamos: Llevar tu propio (o prestado) neopreno para no nadar con el chaleco. Regatear al máximo para conseguir un buen precio. Ir finales de Julio y Agosto. No perder la oportunidad de hacerlo!