30 sept 2011

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A unos 30 km al sur de Mérida, siguiendo la carretera hacia Uxmal, encontramos la desviación a la hacienda. El camino está bien señalizado y es difícil perderse. Nosotros llegamos sin problema y era noche cerrada.

Está en el centro de una pequeña población, se aprecian a lo lejos unos muros algo destartalados, algunas paredes desconchadas, llama la atención el aspecto decadente del lugar. También su majestuosidad. Llegamos pasadas las 10 de la noche y nos espera el guardés, nos guía hacia el portón y nos muestra nuestra "recamara". En la finca no hay nadie más, estamos solos. Esta es la experiencia de Yaxcopoil.


El dormitorio es enorme, dentro hay un baño moderno y muy limpio. A cada lado sendos jardines que a la luz de la luna no tienen desperdicio. Todo por 60 USD. 20 USD más por persona e incluye cena y desayuno. Elegimos esa opción. (Parece que han actualizado los precios)


Aurora, la mujer del encargado nos trae la cena. Sopa de lima, 3 tipos de tamales, totopos, salsas, agua de horchata y dulce de papaya. Una delicia.

Cuando fuimos estaban arreglando otra estancia de la casona para habilitar otro cuarto. En ese momento sólo había uno, el nuestro. Lo que permitió que realizaramos nuestro personal y solitario viaje al siglo XIX solos rodeados por el sonido de los grillos, alguna salamandra y un gato. 

Mario nos platica que trabaja en la hacienda desde los 12 años (ya hace más de 50), cuando eran cientos en el lugar. Apenas trabajan ahora unas 15 personas, ya que la plantación henequera paró en 1984, siendo un golpe casi mortal para el pueblo y la zona.

A la mañana siguiente nos sirven el desayuno y paseamos por toda la finca. Mario nos guía por la casa y nos explica su historia y la de la familia. Nos lleva por los huertos y orgulloso habla de los frutales y el sistema de riego que supuso un avance en su tiempo, aun hoy se puede apreciar la potente infraestructura. Las factorías apenas se mantienen en pie y aun así sus fachadas resultan muy espectaculares.

Hay varias haciendas similares por la zona, muy pocas siguen en funcionamiento desde los ochenta. Alguna más pequeña sigue en activo como atracción turística, según nos comentaron, ésta es una de las más grandes de la zona. Recomendamos darse un paseo por allí para contemplar un ejemplo del fenómeno henequero que dominó toda el área desde finales del XIX. 

ACTUALIZACIÓN: También es posible acercarse a la finca sólo de visita, son flexibles en los horarios de apertura y cuesta 50 MXN por persona. Existe la posibilidad de rentar el lugar para celebraciones, quinceañeras, etc... Desde luego es un lugar incomparable para una fiesta. Pulsando sobre las imagenes de la parte superior derecha podéis ver el album completo con imágenes de la finca.

Nuestra nota: 8/10
Lo mejor: Disfrutar de la hacienda en soledad, la comida de doña Aurora.
Lo no tan bueno: La melancolía que desprende el lugar por cada una de sus grietas. Y también de las palabras de Mario.
Recomendamos: Contratar la comida y pasear con Mario, la visita a lo que queda de las salas de máquinas y almacenes merece mucho la pena, las historias que cuenta el guardés, son historias del campo, siempre dificil, pero llenas de anécdotas y de historia. 


24 sept 2011

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Las mil caras de Campeche

Esta es otra de las escapadas que hemos podido realizar, en esta ocasión, pasando 4 noches fuera. Decidimos probar un par de haciendas para dormir (de muy diferente calado, todo hay que decirlo), así como visitar una ciudad colonial e intentar barrer lo que nos quedaba del estado de Campeche (del cual ya conociamos el sur).
Como de costumbre, podéis acceder a este mapa pulsando aquí para verlo en detalle y localizar cada punto.

Las distancias recorridas en este viaje fueron un poco más largas pero muy gratificantes. A día de hoy no guardo un mal recuerdo de esta escapada y sí que nos llevamos varias gratas sorpresas. Sin dudarlo repetiría.

El viaje lo realizamos en coche, como usualmente. Salimos por la tarde para llegar a nuetro primer alojamiento pasado Mérida. La Hacienda Yaxcopoil. Al día siguiente tomatos camino hacia la ciudad colonial de Campeche pasando por dos sitios arqueológicos ocultos: Acanmul y Kanki.

El siguiente día fue muy intenso, día de Equinoccio, visitamos Edzna, Hochob, Tabasqueño y Dzibilnocac. La siguiente jornada resultó memorable al realizar uno de los grandes descubrimientos de toda nuestra estancia: Santa Rosa Xtampak. Posteriormente visitamos las grutas de Xtancumbilxunaan (sí, puedo decirlo en voz alta de carrerilla, ¿y tú?) y el pequeño sitio de Xkalumkin.

Terminamos nuestro periplo dándonos el gustazo de dormir en la Hacienda Santa Rosa y visitando las ruinas de Oxkintok.

Para los no acostumbrados a ritmos frenéticos recomendamos realizarla con un par de días extras. Si dispones de un par de semanas mejor visitar todo el estado, que no tiene desperdicio, llegando hacia la zona de Rio Bec que quedaba ya bastante cerquita.
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Parece ser que el área del noreste de la península del Yucatán no estuvo muy dénsamente poblada durante el periodo clásico maya. No hay grandes yacimientos, y la ciudades importantes mas cercanas a la zona en la que actualmente se levanta Cancún se encuentran a mas de 100km. de distancia (Cobá, Yaxuná, Ek Balam o Chichen Itzá). Pero eso no quiere decir que no viviera gente. De hecho abundan los restos de pequeños asentamientos costeros, algunos bastante antiguos, que debieron vivir de la explotación de los recursos marinos y del comercio. Así era cuando llegaron los españoles en el s. XVI, y de hecho fue en esta zona donde se produjo el primer contacto entre ambas culturas.

Cerca de Cancún encontramos dos de estos yacimientos, bien rehabilitados y preparados para ser visitados. No son muy espectaculares pero tienen la ventaja de estar muy cerca de las zonas hoteleras, y si uno está alojado en Cancún es realmente fácil acercarse a verlos. Se trata de El Rey y El Meco.

El Rey se encuentra en la lengua de tierra que rodea la laguna Nichupte, en plena zona hotelera, Km. 18. Lo primero que llama la atención del lugar es la gran cantidad de iguanas que pasean tranquilamente, o toman el sol sobre las ruinas. Se trata de un pequeño yacimiento en el que abundan las pequeñas plataformas sobre las que se levantaban las casas mayas, ya desaparecidas al estar construidas por materiales menos resistentes (madera, palma y adobe). Solo las familias mas ricas se permitían construirlas en piedra. Se pueden ver algunos edificios mas grandes, de uso probablemente administrativo y residencial, que conservan columnatas, e incluso uno de ellos conserva algunos dinteles y restos de alguna habitación. El edificio que mas destaca es un pequeño templo piramidal, que se eleva sobre el resto de edificaciones del lugar. La entrada al recinto cuesta 37 pesos MXN, poco mas de dos euros.

Nuestra nota: 6/10
Lo mejor: Está cerca de Cancún. La cantidad de iguanas que deambulan por la zona.
Lo no tan bueno: El yacimiento es pequeño, y no tiene grandes edificios.
Recomendamos: Aprovechar la visita para darse un baño en la estupenda playa que hay a apenas 100 metros, de arenas blancas y con un agua fantástica. Una de las pocas zonas de playa sin hoteles que hay en Cancún.

El Meco está al norte de Cancún, en la carretera que va a Punta Sam, a apenas cuatro kilómetros de la ciudad. Las ruinas están cerca del mar, y el recinto tiene fácil aparcamiento junto a su entrada. La entrada cuesta también 37 pesos MXN. No es un yacimiento muy grande, y lo que mas destaca es una pequeña pirámide en el centro del sitio. No se puede subir a ella, pero vale la pena darle la vuelta para apreciarla desde todos los ángulos. Es el edificio maya mas grande en 150 km. a la redonda. El resto del yacimiento consiste en algunas casas sobre zócalo, una de ellas con un enorme arbol dentro, bajo la sombra del cual es agradable sentarse un rato y disfrutar del sitio.

Una de las ventajas del lugar es que se puede combinar fácilmente con un buen baño en alguna de las playas cercanas, y una buena comida, preferentemente de pescado, en cualquiera de los chiringuitos que podemos encontrar al otro lado de la carretera.

Ambos yacimientos son una buena opción para entrar en contacto con la antigua cultura maya sin tener que alejarse mucho de la zona turística. Perfecto para los poco aventureros.

Nuestra nota: 6/10
Lo mejor: Está cerca de Cancún. La pirámide bien vale la visita.
Lo no tan bueno: El yacimiento es bastante pequeño, y no se permite la subida a la pirámide.
Recomendamos: Comer en alguno de los chiringuitos cercanos, suelen tener pescado del día, y lo hacen a la plancha o a la brasa, muy rico y barato.

13 sept 2011

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"Si bien lo miran, no hay nadie que no experimente, en alguna ocasión u otra, y en más o menos grado, sentimientos análogos a los míos respecto del océano."  Moby Dick (1851)


El tiburón ballena es el pez más grande de la tierra. Su longitud puede alcanzar los 12 metros y se cree que habita nuestros océanos desde hace más de sesenta millones de años. Se trata de un animal extremadamente bello, elegante y único. Nadar junto a ellos es una actividad accesible a todo el mundo pero no por ello deja de ser una de las experiencias más conmovedoras y alucinantes que he disfrutado en mi vida.

Practicada exclusivamente durante la temporada de migración (de junio a septiembre) este fenómeno es algo que nadie debe perderse si visita el área durante esta época (sobre todo julio y agosto).

Para nadar con estos pececillos en Yucatán hay dos opciones:
  • Llegar hasta la isla de Holbox y contratar allí la embarcación para la excursión
  • Salir desde el embarcadero de Punta Sam a unos 15 min del centro de Cancún. 
Nosotros optamos por la segunda opción. ¿Por qué? A pesar de ser Holbox un enclave paradisíaco se encuentra un poco lejos de Cancún y con un poco de mala suerte y después de llegar hasta allí si no hace buen tiempo te puedes quedar sin ver los tiburones.

Punta Sam es una apuesta segura. Está cerca del centro y la zona de avistamiento suele tener una mayor concentración de tiburones (también de otras embarcaciones). Si queréis ir a tiro fijo recomiendo esta opción. Si estáis buscando algo más de aventura mejor ir desde Holbox.
La excursión debe hacerse con una embarcación autorizada y con guía. Es una actividad muy vigilada puesto que se trata de preservar la seguridad de los animales para que se siga realizando a lo largo de muchos años y es algo que deja mucho dinero del turismo. Hay cientos de agencias que ofrecen la visita. Ojo con los precios, el tiburón ballena es el mismo para todo el mundo y lo que ofrecen unos y otros también es muy similar. El precio puede rondar desde los 2000MXN hasta los 900MXN (algo un poco más económico si eres local y persistente) pero no penséis que por pagar más lo pasaréis mejor. Ya os digo que la excursión es la misma y los tiburones con los que nadas también.

El tour que ofrece la mayoría incluye todo el equipo de snorkel (chaleco obligatorio si no llevas neopreno), bebidas sin alcohol, unos sandwiches y un ceviche fresquito para después de la actividad, además de un snorkel cerca de isla mujeres. Ah!! y lo más importante, al menos dos inmersiones con el tiburón ballena. Algunos te van a buscar al hotel, aunque si te ahorras un dinero igual ni merece la pena y se puede llegar hasta Punta Sam en colectivo.

Las barcas suelen salir a las 8 así que con estar allí media hora antes si todavía no has contratado nada puedes conseguir una excursión al momento. Después de la salida la lancha navega durante una hora más o menos (depende la zona en la que se encuentren, pero ronda entre los 45min y una hora y pico) hasta que se avistan los primeros tiburones o las primeras embarcaciones. Los lancheros se avisan entre sí para llegar más rápidamente ¡Hay tiburones para todos!

Cuando se avistan las primeras aletas dorsales en el agua uno no puede contener la emoción, a medida que te calzas las aletas y preparas tu máscara y tu tubo es inevitable sentir como se acelera el pulso, parece increible que estés ahí y te vayas a lanzar al agua. Pero así es.

¡Vamos, vamos, vamos! Palabras claves para tirarse al aguna junto con el tiburón. Sólo queda sumergirse y nadar... En ese momento el mundo que te rodea deja de tener importancia, los compañeros de expedición, la embarcación, es como si desaparecieran. El ritmo de tu respiración y los hipnóticos movimientos del tiburón ballena te sumergen en una atmósfera única e irrepetible. Se trata de un experiencia completamente personal e individual que cada uno vivirá a su manera.

Después de unos minutos te quedas sin aliento. Tus aletitas y tu pequeño cuerpo no puede hacer nada contra ese portento de la naturaleza. Con un par de impulsos de su cola te deja atrás y exhausto.

Poco más se puede decir de esta actividad, sólo queda recomendar, a todo aque que pueda, que no deje de realizarla. El subidón de adrenalina en el cuerpo después de nadar con uno de esos bichitos es incomparable, al igual que la siesta que viene después, de esas que se escapán de las manos....

El video publicado a continuación es obra de Irene G León, al igual que las fotografías publicadas. Muchas gracias por el material y vuestra generosidad.

Nuestra nota: 9.5/10 (esta nota ha sido dificil, parte de la expedición pasó todo el paseo en barca mareada, finalmente he decidido dejar la nota alta porque yo no me mareé y me ha tocado a mí escribir la entrada ;-) )
Lo mejor: Nadar con tremendo animal. Nadar a un costado, muy cerquita, para que el tiburón te arrastre con su estela y cueste mucho menos llevar el ritmo, sensación única.
Lo no tan bueno: Mucha gente, si eres sensible te puedes marear en el barco y eso es desagradable, el arrecife donde se bucea no está tan bien. 
Recomendamos: Llevar tu propio (o prestado) neopreno para no nadar con el chaleco. Regatear al máximo para conseguir un buen precio. Ir finales de Julio y Agosto. No perder la oportunidad de hacerlo!